Esta caleta nace en la isla Rocuant en los años 1935. Por Decreto Supremo se establece que en los
faldeos del Cerro El Morro de propiedad
o manejo de las Fuerzas Armadas quienes en su sima tenían contingente apostado,
se construyeran viviendas en formas de pabellones para que fueran habitadas por
los pescadores artesanales más precarios de la isla Rocuant. Sus playas eran el
único balneario popular donde era
costumbre no solo bañarse sino también “sacar tacas”, molusco apreciado que se
podía comer a orilla sólo con limón o cocidas untadas en ají rojo. O carbonada
o caldillo o con arroz…en fin mil maneras de cocinarla según la imaginación
popular de la dueña de casa. Los habitantes de la Caleta El Morro
comercializaban este producto en pequeños negocios, casi en la clandestinidad.
La Armada controlaba el recinto. También se vendía pan, tomates y frutas para
los veraneantes de día o los que acampaban en la playa, los más osados
levantaban ramadas y ofrecían al turista pescado frito, papas cocidas, pebre y
“bien regado con tinto o del otro”. Con el tiempo y como la población fue creciendo
con los hijos y los hijos de los hijos que se casaban y también se dedicaban a la pesca artesanal
se formó el Sindicato de Pescadores y después el Club Deportivo. Era todo un
paraíso, nuestra Caleta El Morro, con el estadio deportivo donde el Club Naval
cosechaba triunfos y atraía público, el mejor y preferido balneario popular del
puerto. Este placebo de la naturaleza solo fue interrumpido en los años 52
cuando Estados Unidos lanzó una bomba atómica en el Pacífico y la mar entró a
nuestras casas, en el año 60 con el terremoto de Valdivia pasó lo mismo y entre
esos años en forma lenta y disfrazada de prosperidad entraron las pesqueras,
primero en forma rudimentaria, con promesas económicas para nuestros padres,
pero al crecer la flota pesquera de las empresas creció el desastre económico
al aguas. Se volvieron rojas, el aire irrespirable, murieron las tacas, murió
la playa, se fueron los bañistas y quedamos nosotros con nuestra carga
nauseabunda y pestilente de los residuos de las pesqueras.
En el año 71 se formó la Junta de Vecinos para
defenderse y trabajar por el bienestar de los vecinos junto al municipio. Las
pesqueras se fueron y comenzó a recuperarse lentamente el borde costero hasta
que llegó el 27/ F con sus olas gigantes y su gran terremoto, arrasó con todo,
casas, botes, barcos. Nada se salvó. La laguna Recamo, hogar de innumerables
aves y peces, hasta cisnes de cuello negro que llegaron del sur. De caleta
turística artesanal nos convertimos en la Aldea El Morro, en el patio del
Estadio El Morro. Con la reconstrucción de la comuna y el nuevo plan
regulador de Talcahuano tenemos la
esperanza de volver a ser artesanal y turística ofreciendo al visitante la
hermosura de nuestra playa.
Forro aleeeegreeee mi forritoooo my forrito esta pasado a kakali kakali
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