Luzvenia
Fernández y Juana Medina,
Junta
Vecinal Diego Portales 38-C.
Toda mi niñez
la viví dentro de ese galpón pequeño que teníamos por casa. Separábamos las
camas con cortinas y una cocina para hacer nuestros alimentos, por supuesto sin
baño, mi hermano mayor, mi hermano menor, papa que era inválido, mi mamá y yo,
hasta que un día cuando ya estaba por cumplir los 17 años mi mama me dijo con
voz así como de cómplice:
---Hija hoy no nos acostemos temprano, abríguese lo
mejor que pueda y cuando oscurezca, saque una frazada de la cama que vamos con
unos vecinos a tomar un terrenito para hacernos nuestra propia casa---
Yo me asusté un poco por su tono de voz pero por
supuesto que apoyaba a mi vieja que siempre tenía que ponerle el hombro para
sacarnos adelante.
Ese día, 8 de Mayo
de 1970 a las 23.45 horas, salí de mi casa-galpón con una frazada bajo
el brazo a buscar mi nueva casa.
En el Fundo Macera era la cuestión, llegamos en
bandada por cientos, sindicato de trabajadores Sigdo Koopers, González Azuad,
Diario Color, Diario El Sur, Favilu, Empresas Ruiz y otros que yo ni entendía
lo que significaba, muchos “independientes” como nosotros que hasta ese día
vivíamos en galpones, casa de latas o de cartones, nuestros líderes eran (por
que la cosa era bien organizada) don Javier Navarro, don Nelson Maldonado, don
Luis Alarcón, don Sergio Romero y don Luis González. Policía de Investigaciones
nos encuesto, éramos 860 personas sin contar los niños que eran bien abundantes
y corrían entre las amarras de nuestras
precarias carpa-casa hechas de frazadas, latas, cartones, y algunos plásticos
ya que en esos años eran pocos o caros.
La benevolencia de Mayo se acabó y dejó pasar el invierno, --- ¡lo que era eso
oiga!--- como jabón el barro, eran potreros sin ningún cobijo que nos
resguardara de la lluvia, lo único que
nos “resguardaba” era el acordonamiento policial con 200 carabineros venidos de
todo el país con sus abusos de fuerza. Con el tiempo los mismos policías vieron
nuestro sacrificio y de tanto convivir con ellos la cosa se fue suavizando, bolsita
de té daba para una taza más para convidar al Sr. Paco que nos cuidaba. Con el
tiempo las autoridades se dieron cuenta que nuestra desesperación por nuestra
casa propia y digna era más fuerte que la desesperación de habitar el
campamento más mísero de toda la comarca y afines del 71 todos nos subimos a un
tren, nos fuimos al Congreso para negociar la compra del terreno con el Ministro…oiga
eso fue apoteósico…por decir lo menos, no queríamos robar, no queríamos
usurpar…solo queríamos nuestras casas y el segundo viaje fue para conversar que
clase de vivienda y como nos la construirían. Ahí aprendí una nueva palabra
“autoconstrucción”. En todas las casas-carpas se abrió la cuenta de ahorro del
pobre…el tarro de nescafé vacío con una rasgadura en la tapa para juntar las
monedas, también en todas las casas-carpas se hacía algún negocio, en la
nuestra se vendía dulces, cigarros sueltos y por supuesto, el pan amasado que
hacia mamá desde siempre y era nuestro sustento económico. Comenzó la
edificación de nuestras casas, una tabla aquí un clavo allá, un vidrio acullá y
la cosa comenzó a tomar vuelo, todos estábamos en la misma, emparejar terreno
trabajar, trabajar, trabajar hasta que llegó ÉL con su pestilencia de muerte: 1973, Septiembre 11, en las sobras de la noche, gritos, sollozos,
rasguños y en el día nos mirábamos, nos contábamos y éramos menos, aprendí tres palabras nuevas: “allanamiento”,
“operativo” y “desaparecido”. Con todo seguimos adelante con la solidaridad de
quienes van hacia una misma meta, compartimos nuestras miserias y hoy
compartimos nuestra abundancia, nuestras casas están completas, nuestras calles
pavimentadas, si hasta garaje para el auto tienen. Otras poblaciones, otros
vecinos se nos han agregado a nuestro alrededor y bienvenidos sean pero los que
surgimos en los potreros del Fundo Macera desde el barro y el cartón fuimos
nosotros el Campamento Lenin para transformarnos en laa Población Diego Portales, pilar y
frontera de la Comuna de Talcahuano ….¡Lo logramos vecinos!...
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