Vista panorámica desde el cerro San Miguel, captada en enero de 2009.Foto Erwin Reyes
RESCATE PATRIMONIO INMATERIAL DE LOS BARRIOS DE TALCAHUANO
Introducción.
En Chile el gobierno de Eduardo Frei Montalva entraba en su etapa final. El 3 de no- viembre, después de ser proclamado por el Congreso Pleno, Salvador Allende Gossens asumi- ría como Presidente de la República.
Asimismo, el inicio de la década del ‘70 evidenciaría en Chile una polarización social acentuada por las nuevas agrupaciones políticas surgidas desde mediados de la década anterior, entre ellas el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que asumió una dura y tajante crítica al gobierno de Frei Montalva, tal como lo recuerda Pascal Allende, uno de sus dirigentes más importantes, en 1999 en una entrevista televisiva.
“A pesar que venían procesos de reforma con la DC (Democracia Cristiana), esas reformas eran insuficientes y habían millones de campesinos, de mapuches, de pobladores, de trabajadores que estaban excluidos, que estaban en una situación de pobreza, que estaban presio- nados...”, reflexionaba Pascal Allende.
Esta descripción es concordante con las razones que tuvieron los pioneros de la toma del fundo San Miguel de la comuna de Talcahuano el 8 de mayo de 1970 y que ahora, 40 años después, conforman los sectores habitacionales denominados Patricio Lynch, Diego Portales I y Diego Portales II.* * Información extraída del registro del Programa Quiero Mi Barrio del Gobierno de Chile, en el sector Diego Portales II perteneciente a la comuna de Talcahuano.
En sus páginas se intercalan recuerdos de personas que fueron protagonistas de la gesta que daría vida al denominado Campamento Lenin, y que más tarde, después del Pronunciamiento Militar, pasaría a llamarse Diego Portales.
También en la narración se incorporaron descripciones de otros períodos marcados durante los 40 años de existencia del barrio hasta nuestros días. (Este documento no habría sido posible sin la valiosa colaboración de diversos vecinos que se sumaron a la tarea de recordar y de aportar con imágenes de alto valor histórico. A ellos se les agradece de manera especial su aporte, pero el reconocimiento es para todas las personas que forman parte y se sienten identificadas con el barrio que han construido y siguen construyendo día a día.)
Ubicación.
La comuna de Talcahuano está ubicada en la Provincia de Concepción en la Región del Biobío y de acuerdo al Censo del año 2002 tiene 168.483 habitantes.
Desde el año 2004, cuando Talcahuano se dividió para dar vida a la comuna de Hual pén, sus límites son los siguientes: al norte el Océano Pacífico, al oeste el Océano Pacífico, al sur las comunas de Hualpén y Concepción y al este las comunas de Penco y Concepción.
En la zona sur de la ciudad, colindante con la comuna de Hualpén, se emplaza el barrio Diego Portales II. Sus límites son el cerro San Miguel por el norte, al sur calle Puerto Aguirre, al este calle Aysén y al oeste el recinto de propiedad de la empresa COMACO.
Según los datos proporcionados por el Programa Gubernamental de Recuperación de Barrios “Quiero Mi Barrio”, dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), en el polígono de 14,36 hectáreas viven 1.140 personas, distribuidas en 629 familias que habitan 421 viviendas.
Las primeras personas que llegaron al sector lo hicieron el 8 de mayo de 1970, sin embargo, la conformación del barrio se inició formalmente al año siguiente.
En sus comienzos fue conocido como Campamento Lenin, también se le denominó La Puntilla y años después fue rebautizado con el actual nombre.
El 31% de la población contemporánea es menor de 15 años de edad. La mayoría se enmarca en el rango etario de 15 a 59 años, que alcanza al 62%, mientras que un 7% de los habitantes tiene más de 60 años de edad.
Poco más del 5% de los pobladores de Diego Portales II declara pertenecer a algún pueblo originario de Chile. El 75% de las familias residentes tienen como jefe de hogar a una mujer, por lo que el porcentaje restan te es encabezado por hombres. En cuanto al nivel educacional de las jefaturas de hogar, la información esta dística proporcionada por el programa “Quiero Mi Barrio” señala que un 59% de estas personas alcanzó sólo la enseñanza básica o preparatoria. El 33% de ellos cursó la enseñanza media o secundaria. Sólo un 1% logró un título de educación superior. El analfabetismo, por otro lado, alcanza en la población sólo un 7%.
En contraste con el panorama educacional de los jefes de hogar, en el presente son numerosos los ejemplos que lograron ingresar la educación superior ya sea técnica o superior.
Tales son los casos de un par de estudiantes de Medicina, otros de Ingeniería, Pedagogía y varios de carreras con perfil técnico.
En cuanto a la caracterización socioeconómica del barrio, los estudios encargados por el programa “Quiero Mi Barrio” arrojaron que un 74% de los hogares se encuentra en los dos primeros quintiles de ingreso monetario, es decir, viven en condiciones de pobreza o indigencia.
En el polígono de Diego Portales II se identifican actualmente 12 negocios formales de ventas de productos o servicios, entre los que se cuentan abarrotes, verdulerías y talleres mecánicos. También existen 5 iniciativas in- formales de venta carbón y leña.
Un 33% de las personas que son jefes de hogar se desempeña en empleos temporales en empresas privadas, y la mayoría se concentra en faenas de construcción y montaje industrial. El 12% de quienes encabezan familias se desenvuelve en oficios como comercio ambulante y ferias libres. Un 35% está en situación inactiva, entre las que se cuentan mujeres dueñas de casa y pensionados. Sólo un 17% posee un empleo estable.
HISTORIA DEL BARRIO
En el comienzo de la década de 1970 en Chile el Gobierno de Eduardo Frei Montalva enfrentaba el último tramo de su mandato que había comenzado en 1964. Durante su período se daría un fuerte impulso en materia de vivienda, asumiendo como política de Estado que se trata de un bien de primera necesidad al cual toda familia tiene derecho. Con esta consigna se crea el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Dedicada a resolver la problemática de los sin casa, esto no impidió que junto con los movimientos político sociales emergentes de la época surgieran también diversas tomas de terreno, sobre todo en las principales ciudades del país como acciones reinvicadoras de campesinos que habían migrado hacia las urbes en busca de nuevas oportunidades.
El drama de la carencia de una solución habitacional que padecían miles de familias fue asumido también por los integrantes de organizaciones políticas, tales como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista (PC), y el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU).
Fue en los sindicatos de trabajadores de industrias donde convergieron por una parte la imperiosa necesidad de poseer una vivienda y por otra los ideales políticos de los movimientos de izquierda. Con esta conjunción comenzaron a gestarse las primeras ocupaciones de terreno con un alto nivel de organización.
En su esencia la toma del fundo San Miguel de propiedad de Carlos Macera Dellarossa fue un acto revolucionario. Las personas y familias que con rebeldía entraron al predio en medio de las tinieblas en la madrugada del 8 de mayo de 1970, tras los jóvenes dirigentes del MIR y del PS, lo hicieron para cambiar su historia. Por lo tanto, la movilización también fue una gesta de valentía y una expresión del sueño de tener un lugar en la tierra donde arraigar la esperanza de una mejor calidad de vida.
No obstante, el hecho de estar conscientes de las limitaciones que tendrá esta narración obli- ga a que la reconstrucción histórica del barrio Diego Portales II, incluya una mirada amplia que se remonte a los orígenes de la población, pasando por los períodos más remarcados de nuestra historia social reciente, hasta llegar al momento actual. Todo esto con el sello de los testimonios de adultos mayores, adultos y jóvenes.
Rememorar las vivencias de quienes forjaron hace 40 años lo que hoy se llama barrio Diego Portales II, para dejarlo impreso en un libro, será siempre una tarea incompleta. El frío que se menciona en estas páginas, ni siquiera se parece a esa gélida y humedecida sensación que casi paralizaba el recorrido de la sangre en los estoicos cuerpos de los pobladores. Asimismo, cuando en estos párrafos se escriba la palabra FUERZA para definir la irrepetible energía que mantuvo en pie a mujeres, niños y hombres, no alcanzará para que se comprenda la razón por la que los revolucionarios nunca se rindieron.
Los pobladores trabajaron rápidamente para levantar viviendas para soportar en parte la crudeza del invierno que se acercaba. Foto familia Cárdenas Subiabre
Foto del primer día de la toma Lenin. Los pobladores ingresaron de noche, y al amanecer ya habían levantado algunas chozas. Foto diario El Sur
Fue durante los primeros minutos del viernes 8 de mayo de 1970 que unas 1.500 personas ingresaron al fundo San Miguel, ubicado en el sector Hualpencillo, propiedad de Calos Mace- ra Dellarossa.
“Los pobladores mostraron en todo momento una acción decidida y sin vacilaciones”, consig- naría el informe de Carabineros que publicó el diario El Sur de Concepción en su edición del sá- bado 9 de mayo de 1970.
Los antecedentes presentados por la policía uniformada también daban cuenta de que ellos se vieron imposibilitados de actuar para tratar de impedir la ocupación debido a que “una espesa neblina reducía a cero las condiciones de visibilidad”. Esto quiere decir que los 25 efectivos que se encontraban en las inmediaciones del predio custodiando un terreno aledaño que había sido invadido un par de semanas antes, no alcanzaron a reaccionar frente al organizado y rápido avance de los pioneros que ingresaron estratégicamente por un bosque de pino, para luego desplegarse a través de las 18 hectáreas, instalar sus banderas chilenas y así comenzar a delimitar los sitios.
Javier Navarro Navarro, quien entonces tenía 35 años y era integrante del MIR, fue reconocido en ese momento como el líder de la toma de terreno. Era un ex sacerdote franciscano que abandonó la sotana en 1961 y antes de adherir a la agrupación que lideraba Miguel Enríquez, tuvo un paso por el Partido Demócrata Cristiano.
En la prensa el domingo 10 de mayo de 1970, explicó que la ocupación comenzó a organizarse un año antes con un proyecto que se denominó “poblaciones integrales”, cuya primera experiencia fue la población “26 de enero”, gestada en Santiago.
Esta fue una de las primeras viviendas más elaboradas.
(Foto familia Cárdenas Subiabre)
Pero la dura tarea encabezada por Javier Navarro no hubiese sido posible sin la importante colaboración de otros dirigentes como Luis Astete (MIR), Luis González (Partido So- cialista), Nelson Maldo- nado (Unión Socialista Popular), Hugo Stuardo, Héctor Sandoval (MIR), Heriberto Gángas (MIR), Rudy Cárcamo (MIR), Manuel Gacitúa, Mario Alarcón (MIR) y varios más que con sus decididas acciones fueron pilares sobre los cuales se sostuvo en pie el sueño de formar un asentamiento excepcional al que denominaron Campamento Lenin, inspirados en el cente- nario del natalicio del revolucionario comunista Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, conmemorado días antes, específica- mente el 22 de abril de 1970.
La idea de los gestores de la ocupación era construir un asentamiento ejemplar en cuanto a la convivencia comunitaria. Así lo describe la declaración de principios expuesta ante los pobladores por Javier Navarro el mismo día en que comenzó la toma.
“Esta debe ser una población modelo, una población integral, sin lacras, sin vicios y sin pobreza. Una población ideal donde el hijo de un vecino sea el hijo de toda la comunidad. Donde todos los pobladores participen de una verdadera comunidad. Una población consecuente y participativa, sabedora del camino que desea y de sus objetivos. Aquí no debe haber vicios ni delincuencia. Muchos padecen esas lacras, pero están deseosos de poder sacárselas de encima. El poblador no bebe porque quiere, sino porque nadie lo ha motivado para que no lo haga, ofreciéndole posibilidades de superarse. Es la derrota la que los envicia. Las compañeras mujeres podrán circular a cualquier hora sin temor porque aquí no debe haber violaciones.
¡Pobre del que se atreva a atentar contra alguna compañera, cualquiera sea su edad. Aquí no habrá robos porque todos tenemos una sola riqueza que defender, la cual es nuestra libertad de conciencia y de autodeterminación, la misma que nos trajo a ocupar estos terrenos”.
Con este edicto se marcaron las pautas elementales que debían regir las relaciones sociales en aquella ciudadela en ciernes, que se levantaba con banderas chilenas clavadas en los sitios delimitados o bien en las débiles chozas armadas.
* Información extraída del registro del Programa Quiero Mi Barrio del Gobierno de Chile, en el sector Diego Portales II perteneciente a la comuna de Talcahuano.
En sus páginas se intercalan recuerdos de personas que fueron protagonistas de la gesta que daría vida al denominado Campamento Lenin, y que más tarde, después del Pronunciamiento Militar, pasaría a llamarse Diego Portales.
También en la narración se incorporaron descripciones de otros períodos marcados durante los 40 años de existencia del barrio hasta nuestros días. (Este documento no habría sido posible sin la valiosa colaboración de diversos vecinos que se sumaron a la tarea de recordar y de aportar con imágenes de alto valor histórico. A ellos se les agradece de manera especial su aporte, pero el reconocimiento es para todas las personas que forman parte y se sienten identificadas con el barrio que han construido y siguen construyendo día a día.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario